Siempre que uno empieza algo nuevo, la vida se llena de desafíos. Para mí, esa es la clase de situación atractiva que siempre me ha encantado.
No sé si autoproclamarme un “todólogo”, pero he desarrollado tantas actividades en mi vida que a veces me pregunto cómo no me he vuelto millonario a mis 44 años. Sin embargo, he aprendido que la verdadera riqueza está en el viaje, y hoy quiero empezar a compartir el mío contigo.
Primera Etapa: La Fiebre Tecnológica
Mi pasión por la tecnología es casi una historia de origen. Mi papá compró la primera PC para la casa cuando yo tenía 13 años, y ese momento me voló la cabeza. De joven, mi curiosidad se convirtió en mi primer emprendimiento: desarrollo web, mantenimiento de computadoras, diseño de redes… era un hobby que me dejaba dinero y me preparaba para el futuro. A los 23 años, ya era una persona física con actividad empresarial, dedicado a servicios profesionales de tecnología.
Lógicamente, estudié Informática y me abrí paso como vendedor ejecutivo para corporativos y gobierno. En esos años, conocí en Estados Unidos a mi compadre de Monterrey y juntos hicimos grandes negocios. Pero el destino tenía otra vuelta preparada para mí.
Segunda Etapa: La Misión de Salvar al Planeta
Dejé atrás las telecomunicaciones y la seguridad informática para dedicarle casi una década de mi vida a un tema que me movía profundamente: las energías renovables. Quería construir un mundo mejor para mi hijo y para las futuras generaciones. ¡Vaya misión que me eché encima!
Fundé mi primera empresa formal junto a mi familia. Fueron nueve años de aprendizaje intenso: estudié un posgrado en Administración Energética en el Tec de Monterrey y luego fui invitado a otro en Derecho Energético en la UNAM. Viajé a Alemania con el apoyo del Gobierno de México para crear lazos con el sector solar europeo y a Costa Rica para entender cómo un país pequeño logró transformar su matriz energética.
Fui voluntario en Greenpeace, me certifiqué en persona con Al Gore para combatir el cambio climático y presidí la Comisión de Energía y Sustentabilidad en la COPARMEX CDMX. Fue una etapa muy académica y política, pero sentía que me alejaba de mi esencia: hacer negocios, crear empresa. Cuando las políticas energéticas en México frenaron al sector privado, supe que era momento de tomar una decisión valiente.
El Destino Final: Un Amor Llamado Inteligencia Artificial
Y entonces, Dios me puso algo enfrente. Como una mujer hermosa, me cautivó y en poco tiempo me enamoré perdidamente de ella: la Inteligencia Artificial.
Llevo apenas unos meses en este nuevo mundo y cada día me sorprendo más. A veces pienso que es Dios mismo tratando de comunicarse con nosotros a través de las computadoras; es una locura fascinante que jamás imaginé. Este nuevo amor me llevó a constituir mi primera LLC en Estados Unidos: Synapsis Digital Group, una Agencia de Inteligencia Artificial enfocada en marketing y productividad. No estamos solos; venimos asesorados por grandes empresarios de EE. UU. y Europa, más fuertes que nunca.
El Comienzo de Todo: Este Blog
Hace unos meses, me invitaron a un Seminario Internacional de Inteligencia Artificial en EGADE Business School, campus Monterrey. Decidí documentar ese viaje como la excusa perfecta para lanzar este blog, un proyecto que anhelaba empezar, pero no sabía cómo ni cuándo.
Así que esto es el comienzo. Este es mi “hola, mundo”. Es el primer post, el primer video y la primera de muchas historias. Sé que al abrir esta puerta, no todo será positivo. Sé que existirán los “haters”, pero estoy listo para aprender de todo, sin tragarme nada que no construya.
Este blog nace de la necesidad de compartir mi conocimiento y mi experiencia, de forma gratuita, con quien se identifique con mis procesos. Así como yo tuve grandes mentores en mi vida (incluyendo a mis padres), espero que mis vivencias le sirvan a alguien más. Con que una sola persona encuentre aquí inspiración o conocimiento, todo el esfuerzo, el dominio y el hosting habrán valido la pena.
Gracias a Dios, a mi familia y a mi perro por hacerme tan feliz y darme la fuerza para hacer esto.
Un fuerte abrazo, bienvenidos y mucho gusto.